Por Melissa DuPont-Reyes
Varios estudios han demostrado que existe superposición entre las experiencias de violencia comunitaria* y violencia entre pareja. La participación en acciones agresivas en la comunidad se puede presentar en paralelo con expresiones violentas en las relaciones íntimas, que incluyen las relaciones de pareja. En el caso de los adolescentes, esta superposición se manifiesta en expresiones de violencia comunitaria y de violencia entre pareja. Sin embargo, a pesar de la evidencia que soporta la teoría de la superposición de las formas de violencia, es necesario comprender mejor los componentes sociales que caracterizan la superposición de violencias para el desarrollo de intervenciones que puedan reducir el impacto de la violencia en los adolescentes. En este sentido, pocos estudios han investigado la asociación de los tipos específicos de violencia comunitaria y violencia entre pareja por género e independiente de otros factores. El deseo de conocer más a fondo las características de esta asociación y las diferencias por género, motivó a nuestro equipo a desarrollar el siguiente estudio.
Publicado en el “Journal of Interpersonal Violence,” nuestro estudio [1] explora las asociaciones entre diferentes formas de violencia comunitaria y violencia entre parejas en un grupo de adolescentes urbanos. Entre 2006 y 2007, 1,454 adolescentes de 13 a 21 años de edad de la Ciudad de Nueva York respondieron a un cuestionario anónimamente, el cual incluyó una escala para medir la violencia en este grupo. Esta escala conocida como “Conflict in Adolescent Relationships Inventory,» ha sido utilizada y validada para medir las experiencias de violencia entre parejas durante los últimos 12 meses, así como la prevalencia de experiencias de violencia comunitaria. Los análisis incluyeron la evaluación de las superposiciones entre las experiencias de violencia comunitaria y la violencia de pareja. La violencia de pareja incluye recibir y dar** violencia física y la coerción sexual entre parejas. Esto nos permitió reconocer que los adolescentes que reciben y/o dan violencia física o coerción sexual tienen mayor probabilidad de participar en violencia comunitaria, comparados con los adolescentes que no participan en ninguna relación violenta. En nuestro estudio, la violencia comunitaria incluye las siguientes formas: participación en una pelea, no asistir a clases por miedo, ser amenazado o herido con un arma, ser miembro de una pandilla y/o portar un arma.
También, hemos identificado las diferencias acorde a género entre estas asociaciones de violencia comunitaria y entre pareja. Entre las mujeres, dar violencia física fue el tipo de violencia de pareja más común reportado (44%), seguido por recibir violencia física (30%), recibir coerción sexual (15%) y dar coerción sexual (9%). La tendencia en los hombres fue levemente diferente. El tipo de violencia de pareja más común reportado fue recibir violencia física (30%), seguido por dar violencia física (17%), recibir coerción sexual (17%) y dar coerción sexual (14%). En ambos géneros, el tipo de violencia comunitaria más común fue la participación en una pelea (45% mujeres y 54% hombres). En las mujeres fue no asistir a clases por miedo (12%), ser amenazado o herida con un arma (11%), ser miembro de una pandilla (8%) y portar un arma (7%). En los hombres fue portar un arma (24%), ser amenazado o herido con un arma (22%), ser miembro de una pandilla (22%) y no asistir a clases por miedo (7%).
Estos hallazgos son importantes ya que brindan información que puede ser utilizada por los proveedores de servicios, intervención y prevención que trabajan con adolescentes con experiencias de violencia entre pareja y comunitaria. Este primer paso nos ha ayudado a reconocer algunos componentes de la violencia en jóvenes que habitan en áreas urbanas y como se pueden intercalar diferentes tipos de violencia en esta poblaciones. Sin embargo, es necesario continuar desarrollando investigaciones que ayuden a identificar si las intervenciones enfocadas a reducir la violencia de pareja tienen también un efecto positivo en reducir la participación en la violencia comunitaria o viceversa.
*Violencia comunitaria incluye la violencia juvenil y a veces se utilizan como sinónimos.
** Víctima, perpetrador, agresión son ejemplos de los términos que se usan típicamente para describir la violencia entre pareja. Sin embargo, los adolescentes generalmente no se identifican con estas etiquetas. Por ello, en este artículo describimos la violencia entre parejas en adolescentes como dar y recibir violencia física y/o coerción sexual.
Editado por Mila González, Julián Santaella y Victor Puac.
Referencia:
- DuPont-Reyes, MJ, Fry, D, Rickert, VI, Bell, DL, Palmetto, N, and Davidson, LL. (2014). Relationship Violence, Fear, and Exposure to Youth Violence Among Adolescents in New York City. Journal of Interpersonal Violence. Published online ahead of print on January 23, 2014. DOI: 10.1177/0886260513518433.